Mil Grúas:
Hay un personaje que soy incapaz de leer en tu carta.
Necesito oírlo de tu boca.
El blanco que no está hecho para el eco de un suspiro.
A pesar de ser rescatado por un vacío cielo coloreado.
Quiero olvidarme de respirar, a veces.
Incluso la fuerza es complicada para rogar que se seque.
Dormir se transforma en espinas mientras cantas
"inclinándote al mañana".
La restricción que se enroscó alrededor de su cuerpo.
Incluso la mente parece dormir.
El calor que afecta a tus mejillas era apacible.
Un sueño de una templada sombra, coloreada,
que era atenuada en la distancia.
Mi ojo está reflejado en ti.
Incluso si el día deja de tener constancia de si vuelves.
Todo ello ha sido incinerado en tus ojos.
Todos los días el sol se filtra a través
los árboles hacia el otro lado.
No me tomes.
El blanco que se agita y emborrona.
Las palabras son olvidadas.
Las lágrimas flotan en alguna parte.
Di mi nombre.
La oscuridad rota te abraza.
Da miedo tener que dejar suelto algo más que eso.
Canto al otro lado donde tu estás.
El latido causa un inestable golpeteo en el oído.
No puedo recordar el calor que debería haberse
esfumado en tus mejillas.
En realidad, es un color tan frío como
la bruma dejando de relucir.
Mil plumas muy pequeñas.
Me acurruco a tu deseo.
La cara sonriente no puede volver.
Los últimos momentos de mis recuerdos
cuentan como un suspiro.
Tu voz es escuchada.
La mañana cuando todo está perdido.
"Dos personas que no son empleadas como una sola".
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